dimarts, 19 de maig del 2015

ALIDA DÍAZ: "Hay una campaña en estos días..."

Hay una campaña electoral en estos días. Siempre hay una buena excusa para generar momentos de encuentro cuando los necesitamos.

Porque quizá todas estábamos necesitando darnos estos días, caminar el pueblo, hablar con los vecinos, tomar una cerveza, compartir una cena en medio de sobres apresurados, imaginar a ritmo de mails y asambleas futuros posibles para el pueblo, que está bastante apagado!
Normal: estamos atravesados por una crisis-estafa que nos ha golpeado en mayor o menor medida a todas.

Para mí de repente se ha vuelto la presentación acelerada que necesitaba para aterrizar en el Figaró, para sentir algo del tipo “tengo planes, creo que me quedo aquí una temporada”.
Conozco más gente que la que conocía hace un mes y me dejo conocer, hay un principio afectivo que comienza a recorrerme (me refiero –sin valorarlo- a aquellas cosas y relaciones que permitimos que nos afecten y nos alejen de la indiferencia).

Todo esto es del orden de la “vecindad”, ni alianza de amigos, ni grupo de compañeros.
Otra cosa nueva, o mejor dicho recuperada.
En casa de mis padres se vivían vínculos de vecindad, de mi infancia recuerdo a los vecinos como personas de enorme importancia.
Vecinos, no necesariamente amigos, me llevaron de vacaciones  -y más de una vez- porque mis padres, dado que la economía era justita, no solían salir.
Vecinos se preocuparon de estar cerca de mis padres en los momentos en que se necesitaba estar atentos con ellos y los hijos vivíamos lejos.
Y mis padres, a su vez, también lo hicieron por sus vecinos.
La buena vecindad (y tal cual la describe Jane Jacobs) puede significar al interior de una comunidad, una justa medida de relación entre el cuidado, la solidaridad y el respeto a la intimidad del otro.
Todos sabemos que es mejor que un vecino no se te meta en casa, pero le dejarás las llaves para que se las dé a tu hermana si viene de visita y tu no estás.
El vecino, la vecina, estará atento si ve algo en tu casa durante tu ausencia que le resulta extraño, te dará huevos y tu le harás a cambio una tortilla, saldrás corriendo si te necesita para cuidar al niño un ratito, un día te traerá flores de su jardín porque sí, le prestarás una tenaza y te dará una receta, lo llamarás por teléfono si necesitas algo, podrás conversar hasta el límite que hayas considerado necesario, porque no se trata de una amiga!
Es otra cosa…
Es una relación vinculada a problemas materiales, de logística, a problemas comunes que no son de ninguno y son de todos, una relación a la que corresponde la pregunta acerca del cómo queremos vivir juntxs, que es la pregunta política por excelencia.

Y por eso se puede hacer política entre vecinos, como se puede hacer política entre amigos.

Todo este rollo para deciros que me encantó el acto de hoy y que estoy muy contenta de participar en este proceso!
  
Seguimos… Alida

El Figaró, 17 de maig de 2015




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